En una de las más recientes
presentaciones del profesor Mario Alonso Puig, escuche una cita de Nietzsche
que decía: "...el hombre es pura voluntad de poder,
y cuando el hombre se concentra solo en el poder, impulsar los valores es anti
popular...".
He tenido la dicha de participar como
asesor en un importante número de procesos de cambio y transformación para
empresas de distintos sectores de la economía (Bancos, alimentos, manufactura,
telecomunicaciones, publicidad, salud, ecosistemas de emprendimiento, medios
digitales, fintech, tecnología). Adentrarse en estos proyectos representa un
cúmulo de experiencias maravillosas, complejas, cambiantes, desafiantes y
dignas de aprendizaje por la riqueza de sus dinámicas sociales, saturadas de
emociones y mucha energía que bien canalizadas conllevan a la reflexión
colectiva y a la ejecución magistral de los pasos que derivan, o en el nacimiento de nuevas culturas organizacionales, o en la eclosión que marca
nuevos capítulos en la historia de lo que en el pasado fue apenas un
emprendimiento.
Hoy el viejo paradigma de las marcas solo
recordadas por sus logotipos, ha sido sustituido por la figura de hombres y
mujeres que mediante su personalidad, convicción y apetito de riesgo
identifican claramente el espíritu y energía de las empresas. Hagamos un
ejercicio para reforzar lo que intento explicar. Piensa por un momento a que
marca me refiero con los siguientes nombres: Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Bill
Gates, Steve Jobs, Elon Musk. Ahora describe a las marcas que representan y
notarás que existe una estrecha relación entre lo que proyecta la marca y el
estilo de liderazgo.
Ahora piensa en la empresa en la que
trabajas y escribe al menos 5 nombres de sus líderes de alto poder e
influencia. Ahora descríbelos desde 5 atributos: su capacidad de innovar, sus
habilidades sociales y de comunicación, sus habilidades para dar un orden y
ejecución a las ideas, su estilo de liderazgo para alcanzar la metas, su
actitud colaborativa, y por último su capacidad para estimular y motivar al
equipo de trabajo. Una vez descritos, ordénalos de acuerdo al mejor calificado
en todos los atributos mencionados y reflexiona por un instante acerca de que
tan lejos o cerca están estos líderes de la misión, visión y valores de la
empresa. Si la brecha entre los atributos de estos líderes y los elementos
culturales (visión, misión y valores) es muy grande, llegó el momento de
iniciar un proceso de transformación.
Afrontar la crisis empresarial sugiere la
articulación de talento, creatividad, resiliencia y convicción del equipo,
poniendo por encima de los intereses individuales, el deseo, energía e la
ilusión colectiva.
Winston Churchill decía frente a la
crisis representada en la batalla de Inglaterra: "...todos quieren ser importantes, pero nadie quiere ser
útil...", refiriéndose a aquellos que desde las sombras del
poder en vez de dar un paso al frente en las circunstancias que requerían
acción, preferían criticar de manera destructiva a los que se atrevían a
avanzar.
Es por ello que las empresas de hoy,
necesitan incluir dentro de su mapa estratégico y dentro del estilo de
pensamiento de sus líderes:
- El desafío constante de sus modelos
de liderazgo.
- Darle mayor protagonismo a sus
equipos de trabajo.
- Estimular la creatividad y la
innovación como fuente de combustible para el largo camino hacia la
sostenibilidad.
- Estimular ambientes colaborativos
como fuente de vida para los ecosistemas empresariales.
- La comunicación como pilar
fundamental de la generación de valores, conductas y creencias
organizacionales.
- Agilidad, flexibilidad y maxima
eficiencia en los procesos de negocio.
- Potenciar la confianza como elemento
clave para la generación de relevo que asumirá los nuevos retos y destinos
a partir del año 2021.
Ya no hay espacio para individualidades, pero si
para líderes que forman líderes.
Allí el secreto de la transformación de
hoy, estamos distraídos en resolver dilemas operacionales, cuando en realidad
el cambio es adaptativo y con implicaciones sociológicas, específicamente
basadas en el sistema político instaurado dentro de las empresas. Pero esto no
es casual. Es solo un proceso natural de transformación social indetenible, que
inició con la llegada del internet como vehículo para la globalización, y el
crecimiento exponencial de una población que ya no ve limitantes para el
desarrollo del conocimiento, ni barreras para la socialización en un mundo
conectado, redarquico y constante transformación digital.